jueves, 26 de agosto de 2021

Casas de cine


 

Siempre me ha gustado mucho el cine. Mi madre veía muchas películas y tanto mi hermana como yo, de adultas, seguimos siendo cinéfilas. El gusto por los viajes lo adquirí más tarde, no eran mis padres muy viajeros. Y es que estaba yo en modo viajero, cuando buscando una película para ver, aparece el anuncio de una película e inmediatamente me vino a la mente la casa de la que en breve os hablaré.

Hace unos años visité un pueblo que me encantó, Arenas de Iguña, en Cantabria. No es un sitio que aparezca en la página de turismo del gobierno de Cantabria, pero si lees este post, te recomiendo la visita. El entorno natural en el que está ubicado el pueblo es precioso. Paseando por el pueblo, porque habíamos llegado pronto y la reserva en el restaurante era para varias horas después. acabamos en un camino, que llevaba a una verja, que estaba cerrada para nuestra gran pena, y desde la cual se vislumbraba un palacio de película,  aunque en aquel instante no podía yo saber que la expresión era totalmente literal. Buscando en san Google descubrí que la propiedad era privada , pertenecía al duque de San Carlos y se llamaba Las Fraguas. Aunque no lo podíamos ver, en otro lado de la finca había otro palacio que se llama La Casona de las Fraguas, y está habilitado como negocio de hostelería, siendo este y no el que a mi me llamó la atención, el que se podía visitar.

¿ Y , cómo se llama el otro? Palacio de los Hornillos, y en el rodó Amenabar su película Los Otros ( 2001), con Nicole Kidman como protagonista. Así que, si no has visto la película, ya sabes; y si eres viajer@ y te gustan los pueblos y los escenarios de cine, haz una escapada a Arenas de Iguña, en Cantabria

martes, 3 de agosto de 2021

Relojes y coleccionismo


 ¿ Por qué nos convertimos en coleccionistas? ¿ Qué hace que nos de por coleccionar ciertos objetos? No tengo respuesta lógica para ninguna de las dos preguntas. No recuerdo por qué un buen día empecé a coleccionar relojes. Durante muchos años tuve y usé el que se puede ver en la foto que acompaña a este post, un Lotus que me regalaron mis padres hace ya veinte años. En aquella época no sentí la necesidad de tener ningún otro, y mucho menos de coleccionarlos. Dos o tres años después, me compré un Festina, cronógrafo de esfera blanca y pulsera de acero, una edición limitada. Creo que fue ahí cuando empecé a fijarme más y poco a poco empecé a añadir relojes a la colección. Relojes que uso, porque nunca he sido coleccionista de tener para admirar, me gusta usarlos, combinarlos con la ropa del día. 

I confess: I am in love with Apple